1 de septiembre de 2012

ElBienMaldadoso.

"El que no se pueda mandar así mismo, que obedezca"
La cita anterior, tomada del gran maestro Zaratustra nos lleva a la reminiscencia de la felicidad, fin último del ser humano en el mundo, ser que según él debe ser superado, en esto encuentro mucha sincronía puesto que no quiero conservarme para permanecer en este lado. Según esto, quiero destruir mi alma y esencia para llegar al próximo nivel, al otro lado, puesto que allí está la felicidad; en seguir a los instintos creadores de nuestro animo prostituidor, porque el que desciende hasta los hombres se impregna de su bondad, y no quiero ser bueno ni malo como ellos.

No hay que dejar que una diva caiga hasta el abismo para que se acople al mundo de los hombres, el mundo es quien debe acoplarse a ella, y si bien esta tierra no es lugar merecedor de reyes, la pasaremos de alto y buscaremos un enemigo más digno, un enemigo que sea digno de honrar, un enemigo desconocido del cual nos sintamos muy orgullosas de honrar....
"Siempre he encontrado que los mal apareados eran los peores vengativos: hacen pagar a todo el mundo el que ellos no puedan ya correr por separado"

Siguiendo con otra frase del gran maestro, encontramos la razón por la cual no hay que tener un título con alguien de acá, al igual que lo hace la gran mayoría, ellos dicen: quiere a alguien, encuentra tu corazón e incluso llegan a decretar según argucias del tabaco que podemos llegar a querer a alguien normal... No me convence, y si bien "se necesita más valor para poner fin que para escribir un nuevo verso: esto lo saben todos los médicos y todos los poetas". Prefiero no tener valor ante algo que no lo merece. Al fin y al cabo los buenos son el comienzo de su falso final...
"Ser verdaderos - ¡pocos son capaces de esto! Y quien es capaz ¡no quiere todavía! Y
los menos capaces de todos son los buenos. ¡Oh esos buenos! - Los hombres buenos no dicen nunca la verdad; para el espíritu el ser bueno de ese modo es una enfermedad.
Ceden, estos buenos, se resignan, su corazón repite lo dicho por otros, el fondo de ellos obedece: ¡mas quien obedece no se oye a sí mismo!

Todo lo que los buenos llaman malvado tiene que reunirse para que nazca una verdad: oh hermanos míos, ¿sois también vosotros bastante malvados para esa verdad? La osadía temeraria, la larga desconfianza, el cruel no, el fastidio, el sajar en vivo - ¡qué raras veces se reúne esto! Pero de tal semilla es de la que - ¡se engendra verdad! ¡Junto a la conciencia malvada ha crecido hasta ahora todo saber! ¡Romped, rompedme, hombres del conocimiento, las viejas tablas!"

Así hablaba Zaratustra... Nietzche.