27 de junio de 2012

ElBestiario

Ser un hombre es ser muchas cosas, resumidas en una sola; ser un caballero. Luego de 28 divas fracasadas, me he dado cuenta de que soy más hetero que cualquier otro heterosexual en el mundo, puesto que por mi han pasado muchas más mujeres que por la carne de la mayoría de los que conozco, eso en su lógica me hace verdaderamente un campeón.

Y es que con el paso del tiempo he llegado a pensar de que, en esta ciudad entre las montañas, las maricas están diseñadas para ser más mujeres que las mismas mujeres en naturaleza, ellas nacen siendo supuestamente hombres pero su vagina psicológica es tan grande y monstruosa que opaca su ser, transformándolas en sucias criaturas que no conocen el valor del honor.

Este tipo de engendros se auto impone un rol de pasividad desgarradoramente desagradable que encierra todas las cosas malas de las mujeres y las exagera en inconmensurables cantidades, ellas no saben que una marica puede ser una flor de la pradera, pero para ser una marica hay que ser hombre.

Ser hombre es ser real, es respetar el honor y la palabra; es enfrentarse ante el dragón para proteger la rosa, y no como muchas que son la rosa que se cree el dragón. Dragón que después de muy poco tiempo se revela en una sabandija a la cual no quieres volver a ver. A la cual suprimes de tu vida y reafirmas tu elección cuando la sabandija tampoco se arrastra.


Bien idos los que se hacen echar, y bienvenidos todos los que no se han echado (todavía), la verdad niñas me siento muy regia ejerciendo la puticidad como para amargar mi existencia pidiendo peras a un olmo.


"Aprende a querer la espina o no ames la rosa, yo me pregunto: y 
si la rosa está seca que?"


11 de junio de 2012

LoveExists

Niñas, este fin de semana pasó algo que nunca creímos que iba a pasar, yo pensé que me iba a morir virgen de hacer esto, pero pues la verdad aconteció algo que ni yo pensé que me iba a pasar nunca...

No es que no lo haya idealizado, ni que no lo haya necesitado, pero cuando su alma entró en contacto con la mía, yo sentí que el mundo eramos sólo él y yo. En medio del infierno se cruzó el desierto con el mar de lava, nos llevó en su Góndola demoníaca a través del sabor de la sangre y el alcohol mezclados... Era fuerte, decidido y romántico, era un impulso voraz que te consumía desde lo más inerte de la creación para llevar a cabo lo más sublime de la concepción.

Una condición, un sello no liberado, desató en mi la posibilidad de creer que todavía soy humano y de que puedo conocer un mundo de felicidad más allá de todo lo terrenal, muy aparte de todo lo vano e injusto de la naturaleza en esta montaña.

No hubieron presentimientos, todo lo contrario, el destino llevó a cabo un plan diametralmente adverso a lo que congestionaba mi mente todo el tiempo, yo decidí cambiar, pero él me cambió a mi; despejó la oscuridad, me hizo ver que la raíz del problema no era yo, eran los otros, me hizo sentir bien y diferente, yo fui el premio y el la lámpara del enemigo.

Así la aventura se hizo realidad y el mundo fue de la manera en que lo hicimos, ahora sólo puedo decir que atesoraré su recuerdo, la manera en la cual me mostró el desierto en sus ojos y me hizo realmente feliz, el instante en el que me hizo  contemplar el amor!